La movilidad está viviendo una auténtica revolución. Con la transición hacia energías limpias, los vehículos eléctricos (EV) se sitúan en el centro del cambio.
Este artículo explora cómo combinar créditos fiscales y préstamos verdes para que conducir un EV sea asequible y responsable.
Gracias al reciente paquete de estímulos, los compradores de vehículos eléctricos disfrutan de incentivos históricos. El crédito federal hasta $7,500 para vehículos nuevos hace que la decisión de pasarse aléctrico sea más sencilla.
Para autos usados, existe un crédito máximo de $4,000 o el 30% del precio de venta, sujeto a límites y requisitos como la capacidad de batería y el origen de minerales.
Además, desde 2024 se permite aplicar el incentivo directamente en el concesionario, reduciendo el coste inicial y las cuotas mensuales.
Para acceder a los incentivos completos, los EV deben ensamblarse en América del Norte y contar con una batería mínima de 7 kWh.
Los vendedores tienen la responsabilidad de registrar cada transacción ante el IRS. En caso contrario, el comprador pierde el derecho al crédito.
Se prevé que el 30 de septiembre de 2025 finalicen estos créditos, por lo que planificar la compra y el financiamiento antes de esa fecha es fundamental.
Más allá del ahorro inmediato en la cuota del préstamo, los EV ofrecen costos operativos significativamente más bajos gracias a un mantenimiento sencillo y el precio de la electricidad.
Conducir eléctrico no es solo ahorrar, sino también reducir la emisión de CO2 y alinearse con políticas de sostenibilidad.
Una familia que cambie su coche de combustión por un EV puede evitar toneladas de emisiones contaminantes a lo largo de la vida útil del vehículo.
Muchos simuladores en línea permiten calcular en minutos el importe de la cuota, proceso de aprobación inmediata en línea y tasas que pueden mejorar con el crédito federal.
El mercado de EV crece exponencialmente. Fabricantes históricos y nuevos entrantes presentan modelos para todos los segmentos, desde utilitarios hasta SUV de lujo.
La infraestructura de carga también se expande. Los hogares, empresas y espacios públicos aprovechan los subsidios para instalar estaciones, acelerando la adopción.
Tras la eliminación de los créditos en 2025, el sector se ajustará, pero las mejoras en baterías y producción local mantendrán los EV competitivos.
Para quienes buscan máxima reducción del costo de entrada, la clave está en integrar todos los incentivos disponibles y elegir un préstamo que potencie ese ahorro.
En definitiva, los préstamos para vehículos eléctricos no solo son una opción financiera, sino una invitación a ser protagonistas de la movilidad sostenible. Con planificación y asesoría adecuada, conducir un EV representa una experiencia emocionante, cómoda y acorde con el futuro que deseamos construir.
Referencias